Por Ángel Torres
Hace apenas un par de años Colombia vivió una de las más complejas agresiones a su institucionalidad y a la propiedad privada en medio de una crisis de salud, esta revuelta la denominaron “estallido social”, sin embargo, la administración de justicia pudo constatar que se trató de un ataque terrorista materializado por un grupo llamado “la primera línea” apoyado por subversivos, inclusive protegidos por congresistas de izquierda.
El florero de la discordia fue la reforma tributaria presentada por el gobierno de la época, la izquierda hizo una férrea oposición en contra de establecer gravámenes, la consigna era clara, los impuestos perjudican a la sociedad.
Situación que fue muy bien aprovechada políticamente por quienes profesan esa ideología al punto de atreverse a proyectar de manera utópica, una reforma para gravar exclusivamente a 4000 personas, la descontextualizada propuesta solo fue una narrativa utilizada como metodología para atraer votos cándidos dentro de la batalla política, no obstante bastaba con hacer una regla de tres simple para fijarse que ningún sistema tributario se soporta por ese número de contribuyentes frente a 50 millones de individuos. Una promesa absurda, pero muy útil.

Una vez el progresismo llegó al poder, paradójicamente el discurso malévolo sobre impuestos se extinguió, el gobierno presentó una reforma tributaria cimentada en una de sus frases talismán más emblemáticas “la justicia social” ese relato de redistribución económica e igualdad social que requiere arrancar el fruto del trabajo de unos para entregarlos a otros. Por arte de magia, los tributos dejaron de ser inmorales para convertirse en la herramienta de la falsa filantropía del gobernante.
Como si fuera poco, el gobierno radicó un proyecto de ley de financiamiento, en esta ocasión con el propósito de soportar el faltante presupuestal para el 2025, sin embargo, esta iniciativa fue archivada por el congreso, hecho despertó la soberbia del presidente, quien hiciera señalamientos poco diplomáticos contra los congresistas que no accedieron a sus pretensiones.

Queda en evidencia nuevamente los delirios ideológicos de la izquierda, por un lado, se oponen a los tributos mientras no están en el poder. Una vez llegan, los impuestos de convierten en la fuente de financiación favorita para el derroche burocrático, poco importa debilitar el sector productivo que genera empleo y sostiene lo público, lo único que interesa es el trono.
En ausencia del poder, los tributos son injustos e inmorales, pero en ejercicio del mandato, los impuestos son el soporte del orden justo. Algunos lo llamaran hipocresía, yo prefiero denominarlo, la paradoja progresista.

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Ni el más inocente de los economistas del mundo entendería un estado sin impuestos, de hecho el progresismo jamás ha esgrimido como fórmula el tener cero impuestos, reorientar los impuestos a la lógica que el que más tiene más paga es en esencia lo que propone, el deber ser que llaman… Pero fundamentalmente el análisis del escrito, arranca muy mal, porque olvida un hecho muy significativo, el hecho que Duque pretendía gravámenes a la canasta básica y a los grandes capitales, a las multinacionales y a los industriales nacionales los dejaba deliciosos, tanto que pretendía regalar a Avianca como lo hicieron con los bancos cantidades inundables de dinero de los colombianos … El estallido social fue por el impuesto a la sopa…y estuvo la ciudadanía, yo estuve… Hubo anarquistas, pero las balas venían del establecimiento, de la gente de derecha que sacaba armas de fuego contra los manifestantes, hubo hasta francotiradores, sacaron la Venom… Un artilugio miserable saca ojos… Es de una gravedad imbecil que alguien se alegre de ver al pueblo policial, mutilar el pueblo pobre. De otro lado, el endeudamiento que dejaron los 4 gobiernos uribistas, con sendos huecos fiscales no solo exigen reorientar los impuestos, la ley de financiamiento es un imperativo para mantener a flote la economía. Es que al ritmo que va la derecha, como lo del robo de medimas, donde los hermanos de presidentes y vicepresidentes como Vargas Lleras y Pastrana y de paloma Valencia…eso no hay país que lo aguante, más de 200 mil millones es insostenible, si continúan con el abudineo de la plata de los colombianos, nos lleva el que nos trajo y si vuelven al poder, venderán hasta las casas donde vivimos, porque ya vendieron las carreteras, las empresas del estado, las generadoras de energía, la salud… Un análisis serio debe partir de cuantificar la deuda externa, cuando se generó y el hueco fiscal que se repite año tras año y que con el señor Duque alcanzó su más alta expresión.
Enrique, buenas tardes, trataré de responder tu comentario en los aspectos que pude apreciar.
1. Estamos de acuerdo que los Estados deben tener una fuente de financiación para cubrir sus obligaciones. El punto es, que tipo de obligaciones asumes que el Estado tiene, de eso dependerá la carga impositiva
2. Como Secretario de Hacienda de Sincelejo, me opuse rotundamente, en reunión ante el Viceministerio de hacienda a la reforma de Duque que generó el “estallido social”. Mi posición quedó plasmada en editorial de la época: link…
https://produccionesrhlospalmitos.blogspot.com/2021/01/reactivacion-del-empleo.html
3. Con respecto a los delincuentes de la primera línea, existen sentencias judiciales es su contra por los disturbios de 2019 y de 2021.
4. Nadie se debe alegrar en ver miembros de la primera línea cometiendo actos de terror y mucho menos a policías haciendo uso excesivo de la fuerza, eso es absolutamente reprochable. Estamos de acuerdo.
5. Según cifras del Ministerio de Hacienda el porcentaje de deuda neta frente al PIB, corresponde a 53,8 para 2023; 55,3 para 2024 y proyectada de 56,1 para el 2025, es decir, incrementando en este gobierno. Por lo tanto, los datos del mismo ministerio desvirtúan el relato que usa el gobierno sobre la deuda pública.
6. Importante tener en cuenta que la reducción ostensible del recaudo en este gobierno, conlleva a romper la regla fiscal.
Gracias por tus comentarios. Fuerte abrazo
Paga la deuda que dejó duque, quien los manda a tener en ese tiempo a un ministro que no sabía cuánto costaba una canasta de huevos, el gobierno ha pagado parte de la deuda que dejó el hijo de la madrina
Alberto, buenas tardes.
Las deudas de la pandemia la estamos pagando todos los contribuyentes. Ahora bien, las cifras del Ministerio de Hacienda muestran un porcentaje de deuda neta frente al PIB, del 53,8 para 2023; 55,3 para 2024 y proyectada de 56,1 para el 2025, es decir, incrementando en este gobierno. Por lo tanto, los datos del mismo ministerio desvirtúan el relato que usa el gobierno sobre la deuda pública.
Gracias por leer la columna. Fuerte Abrazo.