Por Ángel Torres
Sincelejo 2 de diciembre del 2024
Las ideologías de izquierda, cualquiera sea su denominación, son amantes del poder, todo lo que tocan tarde o temprano lo destruyen, son una especie de Rey Midas a la inversa, son una plaga, sus ideas acabaron con los países donde se implementaron. En algunas ocasiones utilizan la violencia como metodología para alcanzar el poder, extorsionar, secuestrar, torturar y matar a través de grupos insurgentes; en estos tiempos la narrativa es su arma perfecta, difaman por doquier.
Se enmascaran como protectores de los desfavorecidos, forman un ejército de víctimas inclusive donde no existen, a través del relato de opresor y oprimido. Solo les interesa el poder, nada más, aman depender del Estado, viven de él hasta que lo puedan acabar. Son una aglomeración de langostas en un cultivo.
Colombia es atravesada por un enjambre de estos insectos políticos, que asumiéndose omnipotentes utilizan la fuerza del Estado para implementar sus omniscientes reformas populistas que, en nombre de la falacia de la justicia social, terminan destruyendo sociedades enteras. Basta con observar el ejercicio del poder y las reformas estructurales que el gobierno del cambio promueve.
Ecopetrol, la empresa más importante de los colombianos, ve como se derrumban sus acciones estrepitosamente, principalmente por los anuncios que hace el gobierno sobre el futuro de la misma, en especial las exploraciones de petróleo y gas.

Ni que decir del sector educativo, que para el 2025 presenta una reducción presupuestal para la educación superior del 37%, mientras que el ICTEX muestra una crisis para la financiación de sus programas que afectan a los estudiantes que recurren a los créditos para ir a la universidad.
Si de inversión extranjera se trata, este gobierno se ha reducido al punto de ser superada por las remesas, quiere decir que consumimos recursos de trabajo en el exterior, pero no se invierte en el país, sencillamente por desconfianza.
Ahora, la reforma pensional es una verdadera bomba de tiempo, una pirámide legalizada que ha quebrado a todos los países donde se implementa, este método de reparto no muestra sus efectos los primeros años, pero a largo plazo es insostenible financieramente y corresponde a los colombianos pagar más impuestos para poder financiar las mesadas.
Si hablamos de salud, es una reforma en que ni el más osado de los analistas del ministerio de hacienda se atrevían a dar un concepto de viabilidad financiera para la reforma que se hundió en el congreso, sin embargo, el gobierno insiste en promoverla.
Lo último en guaracha, es la trasformación que se pretende sobre la distribución de los recursos del Sistema General de Participaciones con el loable propósito de fortalecer las finanzas regionales; pues si de quebrar al Estado se trata, esta reforma nos llevará rápidamente al abismo.
Nada que hacer, solo resta esperar que termine el periodo presidencial a ver que bagazo queda y sus efectos en las futuras generaciones; y que las reglas de la experiencia y la realidad observable evidencien en nuestro país, lo que ya hemos visto en otros que han caído bajo el hambre del poder de las ideologías de izquierdas que devoran naciones enteras como langostas políticas.

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Que desagradable escrito, falaz por demás, escrito desde la emoción y carente de análisis científico. Si ese es el discurso con el que piensan derrotar al progresismo, créame que están perdidos de salida.
Muchs gracias ángel por. Tu aporte, muy buen. Análisis